El verano para los niños es tiempo de vacaciones y descansar del colegio. Eso no quiere decir que no hagan nada y que la televisión, los videojuegos y la tecnología dominen toda su agenda. Podemos hacer actividades alternativas como leer.
Se han hecho estudios en los que se ha comprobado científicamente los beneficios de la lectura durante el verano. Aquellos niños que han leído en esta época mejoraron su rendimiento académico. En cambio los que no lo hicieron sufrieron un retraso al comenzar el curso. Si no se lee pueden perderse parte de las habilidades lectoras. Según la investigación de Martha Farah, si los niños leen desde pequeños, sus cerebros se desarrollarán de distinta manera a la de los niños que no suelen hacerlo.
Independientemente de estos beneficios, con la lectura dejamos volar la imaginación y vivimos aventuras de todo tipo sin movernos de nuestro asiento. Incluso cuando los niños aún no saben leer, son capaces de inventar historias sólo mirando las imágenes que aparecen en los libros.
Cuando era pequeña me encantaba que llegara el verano porque así tenía más tiempo para leer. Ahora que soy madre me encantaría contagiarles a mis hijos el amor por los libros. Y así descubrirles que la lectura puede ser una actividad divertida y emocionante.
¿Qué podemos hacer para fomentar la lectura?
- Ir a la biblioteca de nuestro barrio o ciudad.
- Tener su propio carnet de la biblioteca. Así se sentirán especiales y podrá sacar en préstamo sus libros.
- Permitir que elijan ellos mismos los libros.
- Si queremos que ellos lean nosotros debemos ser su ejemplo a seguir.
- Leer juntos los libros o que los lean en voz alta, además de hablar de ellos.
- Ir a alguna actividad o evento que programen las bibliotecas, como cuentacuentos.
- Nunca hay que forzarlos a leer si no quieren o leer libros que no les apetecen.
Estos son sólo unos consejos que se pueden seguir. Nosotros ya hemos ido a la biblioteca y nos hemos sacado el carnet los dos (mi hijo mayor y yo).
A la vez que me gustaría que ellos disfrutaran leyendo, quiero retomar el hábito de la lectura, que tengo abandonado desde que soy madre. Para que ellos lean debo convertirme en su modelo.
Estas fueron nuestras elecciones. Él eligió dos libros para él y también otro de solapas para sus hermanos pequeños. Y yo escogí un libro ilustrado de Neil Gainman.
La experiencia de ir a la biblioteca ha sido muy positiva. Él ya tiene ganas de volver para elegir nuevos libros, y yo también. ¡Os lo re comiendo!
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