Este año mi hijo mayor ha hecho la comunión, un momento especial para nosotros y nuestra familia. Hoy día todo se magnifica hasta tal punto que se pierde el verdadero sentido de este tipo de celebración. Por ello, queríamos darle un carácter familiar y sencillo, comenzando por las fotos.
No puede haber comunión sin fotos. Forman parte de la tradición familiar para este tipo de acontecimiento. A mí me encanta hacer fotos y había hecho varios cursos. Después de algún tiempo sin tocar la cámara, he retomado la fotografía. ¿Y quién podría hacerlas con más cariño que yo, su madre? Con mucha ilusión y algo de temor emprendí este reto personal y profesional.
Estaba ilusionada por hacer las fotos a mi hijo, por retomar la fotografía, por desarrollar una actividad tan creativa y artística que me encanta. Pero a la vez temía equivocarme, que no saliera bien, que algo fallara, no estar a la altura. A veces somos nosotros nuestros peores enemigos. ¡Si creemos en nosotros todo es posible!
El primer punto a tener en cuenta es la localización. ¿Dónde haríamos las fotos? Quería un sitio donde hubiera árboles, campestre, natural. Para ello fuimos cerca de una pequeña estación de tren. El lugar era perfecto. Nos fuimos allí por la tarde para aprovechar las luces del atardecer. La luz lo es todo en la fotografía.
Hacer fotos a los niños no es fácil. No paran de moverse, se cansan bastante rápido y necesitas de su colaboración para poder hacerles las fotos. Son niños y es normal que se comporten así. Lo que hay que intentar es que se sientan relajados y cómodos, captar su atención, llevar elementos para que jueguen con ellos o tomarlos del lugar donde estemos. ¡Hacer fotos con ellos puede ser divertido!
No buscaba poses forzadas y artificiales. En los niños puede provocar rechazo. Al contrario, quería captar cómo es realmente, con naturalidad.
Quise hacerle este regalo (las fotos) y él me lo dio a mí. Eso es lo que quería: recordar esa tarde en el campo haciendo fotos y disfrutando en familia.
Para mí la fotografía es mágica. Puedes congelar momentos especiales que vives y convertirlos en recuerdos con el paso del tiempo.
Poco a poco quiero construir mi pequeño legado para mis hijos a través de las fotos que les hago. Desde mi humilde experiencia crear un mundo visual de recuerdos hechos con todo mi amor de madre.
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