El Puerto de Málaga ha cambiado mucho en los últimos años. Con la construcción de la zona del Muelle 1 y el paseo del Palmeral de las Sorpresas, además de la apertura del Centre Pompidou Málaga ha sufrido una transformación muy grande. Es una visita obligada para todo aquel que quiera conocer Málaga.
En esta entrada voy a descubriros dos aspectos del puerto: la travesía a nado del puerto y la visión del puerto desde un viaje en barco.
En este blog os hablo de las actividades y las excursiones/viajes que hago con mis hijos pero esta vez el protagonista es el Papi de la casa.
Él es un experto nadador desde hace años pero por falta de tiempo había dejado de practicar este deporte. Hace aproximadamente un año ha vuelto retomar esta actividad y aprovechando que se encuentra en buena forma ha participado en la Travesía a nado del Puerto de Málaga.
Este año se ha celebrado la 57º edición de esta prueba, que se ha convertido en un clásico en la ciudad. En esta ocasión han participado 514 nadadores, de los que sólo 87 son federados.
Este acontecimiento está organizado por el Ayuntamiento y en él los nadadores tienen que recorrer 1.000 metros a través de las aguas del Puerto de Málaga. Salen en tres turnos, dependiendo de la edad de los participantes: la primera salida para los nacidos desde 2002 y los federados; la segunda donde han participado los nacidos entre 1977 y 2001; y la tercera los nacidos desde 1976 hacia atrás.
Independientemente de los ganadores reales de la carrera de la Travesía, considero que todos las personas que han participado en esta competición y han llegado con éxito a la meta son unos campeones.
Es un logro personal poder llegar al final de la carrera que no todo el mundo puede hacer, incluida yo misma. Y no importa la edad (desde un niño de 8 años hasta personas mayores de más de 70), ni la condición física que se tenga (ví a un hombre que le faltaba un brazo y llegó con éxito a la meta), lo que nos demuestra que con un poco de esfuerzo todo es posible.
Para nosotros, ¡Papi es nuestro campeón y estamos muy orgullosos de él! ¡Felicidades!
Esta entrada va con regalo: es una entrada doble. El blog va a tomar un descanso hasta septiembre para poder disfrutar de mi familia y preparar proyectos nuevos que poco a poco quiero que vean la luz.
Os quiero hablar de nuestra experiencia de otro tipo de travesía en el Puerto de Málaga. Ha sido la primera vez que nos subimos en un barco toda la familia.
Nos montamos en el barco a las 21:30, así que pudimos disfrutar de las vistas de la puesta de sol.
Poco a poco íbamos abandonando el Puerto y dejando atrás las grúas de descarga de los miles de contenedores que llegan diariamente a la ciudad.
Las gaviotas estaban por todas partes, pero eran tan rápidas que no podía captarlas bien con la cámara.
Cuando el barco alcanzó mar abierto empezó a bambolearse de un lado a otro más enérgicamente, lo que asustó un poco a mis hijos. No les gustó sus vaivenes al chocar con las olas.
Yo me quedé dentro para que pudieran estar más tranquilos. Aquí Lucas, que estaba sentado encima de mis rodillas.
De vuelta, los movimientos del barco se fueron calmando y pudimos ver de cerca este transatlántico. Puede verse diariamente uno o incluso más de uno en el Puerto de Málaga.
Y a punto de atracar el barco de nuevo pudimos disfrutar del faro de Málaga, llamado “La Farola”. Es junto a la “Farola del Mar” de Santa Cruz de Tenerife los únicos faros de España con nombre femenino.
Fue toda una experiencia para los niños y también para nosotros. A pesar del miedo les encantó y recuerdan con emoción este viaje porque se montaron en un “barco pirata”… Yoho! Jeje 😉
¡Espero que estéis disfrutando del verano y nos vemos a la vuelta!
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